Sanciones de América Latina hacia el Reino Unido

A propósito de la Cumbre de los países que conforman el ALBA, los días 4 y 5 del presente mes en Caracas, en la cual el presidente Rafael Correa del Ecuador, propuso posibles sanciones hacia Inglaterra por parte del ALBA, por la ocupación ilegal de las Islas Malvinas de Argentina, se nos ocurren una serie de interrogantes:

¿Son bravuconadas de Correa, o en realidad podemos sancionar a Gran Bretaña? ¿Qué tipo de sanciones? ¿Económicas, políticas, sociales, militares, jurídicas?       

Al estudiar posibles sanciones, serian por parte del ALBA, MERCOSUR, UNASUR, algún otro mecanismo de Integración o en bloque como America Latina? ¿Estarían todos los países de America Latina de acuerdo con algún tipo de sanción?

Son interrogantes para el análisis y la discusión, no obstante, podemos especular sobre posibles sanciones, como: Impedir en nuestros puertos el ingreso de naves con la bandera colonial inglés, dejar de exportar algunos productos o mercancías hacia Inglaterra, y algún otro tipo de regulación comercial o aduanera. No en balde, parecen ser medidas de mediano efecto.  

La única medida propuesta al momento, fue la de analizar retirarse del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca TIAR. A su vez, el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías, barajó la posibilidad de revisar donde están las inversiones de las petroleras británicas Shell y British Petroleum (BP) en América Latina.

                                                                                       

Si hubiera otro tipo de sanciones, nos gustaría que Uds. las compartieran a través de un comentario a estas líneas. Sin embargo, mientras escribíamos este artículo, leemos la noticia que Londres envía un submarino nuclear a las Islas Malvinas. Cómo medida disuasiva o con qué intención? 

Por otro lado, algunos aducen que el Reino Unido ante la crisis económica que atraviesa, ha revivido el tema de las Malvinas, para mediaticamente ocupar la atención del publico interno.     

Nos gustaría mucho tener suficientes argumentos para sancionar como se merece a Inglaterra, pero la realidad, y ojala me equivoque, parece ser otra. 

José Amesty – 06-02-2012