A lo largo de la historia, y en distintas partes del mundo, los pueblos han ensayado diversas alternativas en la construcción de una sociedad genuinamente democrática, donde la gente asuma directa y colectivamente el poder.
Aunque distintas entre sí, estas experiencias de gobiernos populares comparten una misma búsqueda por alcanzar nuevas formas de organización que superen la verticalidad, la representatividad y la jerarquización impuestas a la sociedad por los centros de poder convencionales.
Hoy, en Venezuela, con el nacimiento de las Comunas Socialistas y el desarrollo del Poder Popular Comunal, creemos importante detenernos en estas referencias, conocer sus aportes y continuar su legado.
Una de estas referencias es Las JBG. La rebelión del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional EZLN, surge a mediados de los años 90, en la selva Lacandona de México, como una respuesta a la expansión imperialista neoliberal sobre América Latina.
Reivindicando el derecho de los pueblos a su autodeterminación y a la conformación de sus propios sistemas políticos y económicos, el EZLN posee una estructura organizativa basada en la sociedad de los indígenas Mayas de Chiapas.
En este sentido, los zapatistas emprendieron la construcción de su autonomía como pueblos indígenas por vía de la organización popular, en los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno JBG.
Estos gobiernos populares zapatistas, gestionan de manera autónoma la salud, la educación, la vivienda, la tierra, el trabajo, la alimentación, el comercio, la información, la cultura, la justicia, siempre apegados al principio de ¨mandar obedeciendo¨.
Usted está en territorio zapatista: Aquí el pueblo manda y el gobierno obedece. Consigna zapatista, Chiapas-México.
MPPCOMUNASyPS-José Amesty, Venezuela, 2012.
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