La “izquierda” está de ofertas
Lic. José A. Amesty R.
Abril, 2022
Desde un tiempo acá, por
lo menos, y durante este año, hemos sido invadidos por centenares de cartas
para adherirse, de parte de personas y grupos de “izquierda”, en contra de la
Cuba heroica y en contra de cualquier país que les parezca “familiarmente”
revolucionario.
Son personas y grupos de
variada índole, presentando sus argumentos de su posición increíblemente
banales. Son “izquierdas” no solo de América Latina, sino de otros continentes.
“Izquierdas” de extrema
derecha, de centroizquierda y de extrema izquierda. Hay para todos los gustos,
como si se tratara de estar ofertando una posición, que a todas luces es
irreconciliable, de lo que es una verdadera izquierda. Son “Izquierdas” que se
ofrecen, ofrecen sin el más mínimo pudor, con argumentos, que ellos creen que
las personas los entienden, pecando de cinismo, falta de modestia o
ingenuidad.
El escritor cubano
Enrique Ubieta Gómez, en su artículo “las palabras y los actos”, al referirse a
estos seres y al bloqueo contra Cuba, señala: “No basta con que nos declaremos contrarios al bloqueo, si nuestras
acciones han sido diseñadas para justificar su recrudecimiento o incluso, para
justificar una invasión armada”.
Agrega el ensayista e
investigador cubano, “También los hay en
el patio (Cuba): utilizan el lenguaje de la izquierda, hablan desde un centro
supuestamente equidistante de todas las militancias, y actúan según el guion
imperialista”.
Finalmente, enfatiza, “Pero estos izquierdosos amigos del
imperialismo (los juzgo por sus actos, no por sus palabras), no ejercen la
democracia que predican. Están molestos con la emergencia de una nueva
generación de jóvenes revolucionarios, audaces e inteligentes, que tiene su
propio lenguaje, sus códigos de conducta, que asume la continuidad no de las
formas, ni de las metas alcanzadas; sino del esfuerzo colectivo por conquistar
nuevos cotos de justicia y dignidad, que son los principios básicos que
sostienen la Revolución. Jóvenes que saben que sin la Revolución en el poder
nada podría hacerse”.
A su vez, el abogado y
autor cubano, Michel E. Torres Corona, agrega, “... existen enemigos mucho más peligrosos que se esconden dentro de las
filas revolucionarias, aparentando ser aliados para sabotear en secreto o
preparar golpes arteros... donde el oportunismo es su signo fundamental”.
Enfatizando además que,
“pero lo reaccionario no existe solo
“fuera” de los revolucionarios, sino también dentro de cada uno de ellos, de
nosotros. El conservadurismo, los prejuicios, las maneras arcaicas de asumir
los procesos políticos, son también formas en las que la reacción pervive aún
con las mejores intenciones. Un revolucionario puede transformarse en elemento
reaccionario si no avanza a la par de su tiempo, si no tiene “sentido del
momento histórico”, si se ve sobrepasado por otros más revolucionarios, a los
que comience a ver como enemigos”.
Finalmente, señala, esta
“izquierda”, “toda la vasta pluralidad de
métodos, conductas y recursos de la reacción, (reaccionarios) se subordina
siempre a un único objetivo, consciente o no: la erosión de lo revolucionario”.
De igual modo, según el
escritor, filósofo y politólogo brasileño, Emir Sader, “Se puede decir que hay dos izquierdas en América Latina y que ambas
están en crisis, cada una a su manera. Una de ellas es la que logró acceder al
poder y ha puesto en marcha unos procesos de democratización de las sociedades,
así como alternativas al modelo neoliberal y que hoy se enfrentan a
dificultades (de distinto orden; algunas provenientes del exterior, otras del
interior) para dar continuidad a dichos procesos. La otra es la que, aun
viviendo en países con continuados gobiernos neoliberales, no es capaz de
constituir fuerzas capaces de ganar elecciones, llegar al gobierno y empezar a
superar el neoliberalismo”.
Si somos más rigurosos
en la observación, debemos decir que hay otros tipos de “izquierdas”.
“Izquierdas” que están y
conviven con experiencias revolucionarias, pero que son timoratas a la hora de
las decisiones de carácter revolucionario, privando más sus postulados
conservadores, que los cambios en el contexto actual.
“Izquierdas”, que
subordinan sus posiciones revolucionarias al encanto del capitalismo,
vendiéndose al mismo.
“Izquierdas”, que
creyendo ser auténticos, van adquiriendo un ropaje de “neutralidad” que no
existe en política y menos en estrategia revolucionaria.
“Izquierdas”, que nunca
fueron de avanzada, y que conviven en el espacio revolucionario, solo para
vivir de él.
“Izquierdas”,
trasnochadas que no se ubican en el actual escenario nacional, internacional y
mundial, tomando posiciones increíbles y desfasadas.
“Izquierdas” que estando
en gobiernos de sus países, han mantenido intactos los desequilibrios
estructurales en su economía, y así no se puede avanzar hacia él quiebre de los
oligopolios, por ejemplo. Algunos especialistas llaman a esto, una “variante conservadora de neo desarrollismo o
una versión regulada del neoliberalismo”.
“Izquierdas”, que
piensan que pueden existir áreas de convergencia con la centro-izquierda,
olvidando que la confrontación con los reaccionarios, es un requisito de la
acción política popular revolucionaria.
Otro tipo de
“Izquierda”, es el de una organización llamada Anticapitalistas, que en su
remitido señala: “Desde Anticapitalistas,
hemos mostrado con claridad nuestra postura desde el inicio de la agresión rusa
contra Ucrania: exigimos a régimen de Putin la retirada de las tropas rusas,
nos posicionamos contra el intervencionismo de la OTAN y en solidaridad con el
pueblo ucraniano. Nos hemos movilizado contra esta guerra desde el punto de
vista del internacionalismo socialista”.
Queriendo estar bien con
todos los actores del conflicto Ucrania-Rusia, atacándolos a todos, pero
tratando a la vez, ser benignos y consecuentes con las supuestas víctimas.
Al respecto, el escritor
Ramón Pedregal Casanova, en su artículo “Acerca de la cultura rusofóbica:
“Intelectuales de izquierda occidental” (II), y haciendo algunos apuntes de su artículo de James Petras, “Los intelectuales y la guerra: de la
retirada a la rendición”, explica lo siguiente: “el desarrollo de la decadencia izquierdista de occidente, comenzando por
Afganistán, aunque advierte que se venía dando desde los años 60 del siglo XX,
pues ante la guerra de Vietnam se observó cómo había intelectuales que apoyaban
al aparato militar estadounidense, aunque, eso sí, hasta que se vio que podían
perder la guerra, entonces se dieron la vuelta. En la década siguiente se
observó que las relaciones de algunos sectores de la intelectualidad dejaban su
comunicación con las organizaciones sociales que estaban en la calle contra la
guerra y el racismo y se establecían en torno al Partido Demócrata y su
dirección liberal, citando a G. MacGovern.
Después “descubrieron” las “virtudes” del imperialismo
con Carter. Fue cuando el antiimperialismo derrotó las dictaduras pro
estadounidenses de Etiopía, Nicaragua e Irán, más Afganistán, Angola,
Mozambique y Guinea Bissau. Entonces el régimen estadounidense se lazó a la
guerra de desgaste contra los gobiernos antiimperialistas, ¿el argumento?: eran
“guerras humanitarias”, y por eso armaban a la reacción: Savimbi en Angola,
“contras” en Nicaragua, Renimo en Mozambique, y los señores de la guerra en
Afganistán.
Brzezinski, (ucraniano seguidor del nazismo)
Consejero de Carter, se jactaba diciendo: “la intervención militar de EEUU
comenzó seis meses antes del ingreso de tropas soviéticas en Afganistán, y fue
preparada para debilitar al régimen de Kabul y obligar a pedir con urgencia la
presencia de tropas terrestres soviéticas”. Cuánto se parece a lo que han hecho
con el golpe de Estado en Ucrania, y luego el entrenamiento y la integración en
su ejército de las organizaciones nazis para llevar la guerra a las Repúblicas
de Donetsk y Lugansk. ¿Decían algo contra ese golpe de Estado y las matanzas
que sus empleados realizaban en las Repúblicas?
Entonces, dice James Petras, los “intelectuales de
la izquierda occidental” se pusieron de parte de EEUU contra la “intervención
soviética”, (¿no les suena la misma música estratégica ahora con la guerra en
Ucrania?)”.
En fin, como anotamos
arriba, “Izquierdas” para todos los gustos y colores, que lamentablemente han
errado el camino, conscientes o no, jugando (parcializados) a su enemigo el
capitalismo. Por supuesto, hay otros tipos de “Izquierdas”, que no las anotamos
para no hacer más extenso el artículo.
Finalizamos, refrendando
lo que enfatiza el escritor y economista argentino Claudio Katz, en su escrito
“Desenlaces del ciclo progresista”, “La
izquierda del siglo XXI se define por su perfil anticapitalista. Batallar por
los ideales comunistas de igualdad, democracia y justicia es la mejor forma de
contribuir a un desemboque positivo del ciclo progresista”.
De igual modo, el comandante Hugo Chávez, alguna vez enfatizó lo siguiente, refiriéndose a estas “Izquierdas”, “es una entelequia, una galimatía, son socialmente de izquierda, económicamente de derecha y políticamente nacionalistas. Hay que ser verdaderamente de izquierda, socialistas y revolucionarios, antiimperialistas, bolivarianos y comprometidos con el pueblo más sufrido”.
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