EL PARAMILITARISMO COMO PUNTA DE LANZA
José
Amesty (amesty.bligoo.com.ve; jose-amesty.blogspot)
Al parecer el imperialismo estadounidense, está utilizando una “nueva”
modalidad para invadir a los países que tienen a ver ellos controlar. En los
últimos tiempos, ya no lo hacen a la moda antigua, que es invadir literalmente
utilizando tropas y equipos militares; parece que esta modalidad, les es muy
costosa y requiere de mucha movilidad.
Ahora, usan como punta de lanza a paramilitares y mercenarios, que según
discusión de muchos, son lo mismo. Como enfatiza Luis Britto García: La última
estrategia de los imperios es pelear sus conflictos mediante bandas de
mercenarios genocidas que penetran las sociedades, las dividen, las desbaratan
y las arruinan desde adentro…
Es oportuno señalar como por ejemplo en Siria, que la
guerra irregular es una guerra forjada por agrupaciones paramilitares y
mercenarios con apoyo externo. El diario londinense 'The Times' habría
informado que unos 10.000 extranjeros luchaban en Siria, de los cuales 150
poseen ciudadanía británica, además de otros cientos de europeos que abrían
sido reclutados para operaciones encubiertas. La nueva tipología de la guerra
es el paramilitarismo mercenario.
La característica principal de este tipo de fuerza es
que se utiliza un medio de pago, en otras palabras se paga un estipendio a
quienes prestan su servicio en una guerra, de ahí que se debe decir que el
paramilitarismo es un tipo de mercenarismo.
Por otro lado, en Méjico se
señala que el paramilitarismo imperialista, consiste en pertrechar militarmente
a mercenarios para hacerlos pasar como defensores de las causas populares, tal
cual ha estado sucediendo en Medio Oriente y norte de África, Egipto, Libia y
Siria”.
En el caso colombiano, queda
claro que el paramilitarismo es una política de Estado propuesta por el
imperialismo de los Estados Unidos, con el fin de ahogar en sangre y represión
todo intento de organización de las masas populares. Es la guerra de baja
intensidad diseñada por el pentágono de los Estados Unidos, que tiene su razón
de ser en lo que cinco militares gringos, entre ellos, William Lind, suelen
llamar: “Guerra de cuarta generación”. Su misión es hacer el trabajo sucio de
eliminar, con la ingenua creencia del pueblo desinformado que el Estado los
persigue, como persigue – por ejemplo – a la guerrilla.
Deseamos además reiterar, que en
el caso de Colombia, el paramilitarismo es una herramienta empleada como política de Estado que complementa la
acción coercitiva de éste, o que se utiliza para realizar acciones de fuerza
que están por fuera del marco legal, pero que son necesarias para defender el
poder económico y social de sus detentores.
A su vez, el paramilitarismo en
Colombia, coadyuva a entregar el país a las multinacionales y transnacionales
mediante la apertura económica y los nefastos Tratados de Libre Comercio (Tlc).
En el caso de Venezuela, el
primer pitazo publico en relación a la penetración del paramilitarismo, se dio a
las 2:30 am del domingo 9 de mayo del 2.004, cuando los cuerpos de inteligencia
del Estado Venezolano, detectan en la Hacienda Daktari, en una zona montañosa
del Municipio el Hatillo, propiedad de Robert Alonso, a un grupo de 153
paramilitares colombianos que venían siendo entrenados para fraguar un atentado
tipo comando, para asesinar al mandatario venezolano, Hugo Chávez.
A su vez, el paramilitarismo se
ha venido introduciendo en las barriadas y centros de comercio de las grandes
ciudades de Venezuela, específicamente en el sector informal de la economía,
mediante la modalidad de hacer préstamos a los comerciantes.
Incluso, el Presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, en entrevista especial para Telesur, aseveró
que “en el Esequibo hay grupos mercenarios y paramilitares para controlar las
riquezas”.
En todas estas incursiones, y en
muchas otras que ya hemos señalado, como por ejemplo, en el eje fronterizo
colombo-venezolano, descubierto producto del cierre fronterizo señalado,
tenemos que enfatizar que son para dividir, desbaratar y arruinar desde adentro a
nuestro país, para luego aventurarse en un plan invasor.