Ecuador. G. Lasso, sucesos de un gobierno anunciado
José A. Amesty Rivera
26 junio, 2022
Estamos presenciando cómo las
autoridades ecuatorianas (policía, fuerzas armadas y gobierno) están en una
violación flagrante de los Derechos Humanos, reprimiendo, a los indígenas del
Ecuador, aglutinados en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador, CONAIE, y a las que se han ido sumando otros sectores como
estudiantes, maestros, transportistas, sindicatos, entre otros.
Las protestas (paro iniciado el 13
de junio pasado) de estos sectores, inicialmente tienen como asidero, el
aumento acelerado de los productos de la canasta básica, el transporte y los
productos para producir; no obstante, hay una lista larga que se manifiesta en
reivindicaciones planteadas por la CONAIE, la Confederación Nacional de
Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras FENOCIN, la Federación
Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos FEINE, entre otras, a saber:
1. Congelación de los precios de los
combustibles y dirigir subsidios para los sectores más vulnerables.
2. La prórroga de deudas de la banca
pública, privada y cooperativa y el perdón para pequeños y medianos
productores, los precios justos en los productos del campo, el impuesto
agrícola y el rechazo a la firma de Tratados de Libre Comercio.
3. Generación de empleo, regulación
de derechos laborales y el respeto a la libertad de sindicatos y organización
de la clase trabajadora.
4. La espera a la expansión de la
frontera extractiva, petrolera y minera, y la auditoría y reparación integral
por los impactos socio-ambientales.
5. El respeto a los derechos
colectivos logrados, la prohibición de la privatización de sectores
estratégicos.
6. Las políticas de control de
precios y de especulación en el mercado de productos de primera necesidad.
7. La garantía del acceso a la
educación superior, y el refuerzo de las políticas públicas de educación y
salud.
8. Afrontar la inseguridad,
expresada en el aumento de la violencia, con altos índices de criminalidad,
expresada en las ciudades y cárceles del país, especialmente a sectores
indígenas.
Todas estas políticas erradas son
impulsadas por el presidente Guillermo Lasso, quien gobierna a Ecuador
acompañado de un cártel bancario. Según la profesora Adoración Guamán, “El
gobierno de Lasso, el principal banquero del país que ganó las elecciones en
abril del 2021, ha agudizado la crisis estructural ya iniciada por el ajuste
neoliberal implementado por el gobierno anterior y profundizado durante la
pandemia. El banquero presidente ha dado continuismo a las políticas fondo
monetaristas, algo esperable, pero también ha ido mucho más allá, agravando los
problemas de precarización, pobreza, inseguridad, desinstitucionalización y
primacía del lucro personal, con un traspaso sin precedentes de los bienes
públicos a manos privadas (evidenciada entre otras actuaciones en los
reiterados intentos de vender el Banco del Pacífico). De hecho, el Presidente
se jacta de haber ampliado las reservas internacionales, garantizar el pago de
la deuda, mejorar el movimiento de capitales y asegurar derechos a los
inversores extranjeros. Mientras arruina los servicios públicos del país, en
particular la sanidad y la educación, al tiempo que instaura una lógica
oligárquica-autoritaria-racista, completamente desapegada de la realidad social
del Ecuador que él y su entorno parecen desconocer”.
Así mismo, como señalamos en el
artículo “Guillermo Lasso en Ecuador,
deshonesto, sin límites” de nuestra autoría, se debe esperar la aplicación
de la agenda neoliberal y su profundización más reaccionaria, es decir, unas
políticas de ajuste antisocial, en su gestión de gobierno.
También enfatizamos que, Guillermo
Lasso representa a los banqueros y empresarios de las cámaras de la producción
ecuatorianas. Estos sectores, de los más atrasados en América Latina en cuanto
a responsabilidades estatales y sociales, no comprenden el sentido del progreso
económico con bienestar humano, lo confunden como simple éxito en los negocios
privados, el mismo que suponen irradiará los beneficios colectivos, algo que
históricamente nunca ha ocurrido en Ecuador, pues tal “modelo” solo ha ahondado
las diferencias sociales, el dominio político de las élites y el abismo en el
reparto de la riqueza.
En este marco de gestión fatídica
por parte de Lasso, el escritor Dax Toscano Segovia señala, “Según un estudio
publicado por Perfiles de Opinión, la aceptación de la gestión del presidente
Lasso es de apenas del 16%”.
A su vez, la escritora Soledad
Stoessel en su artículo “Fuera Lasso”,
remarca, “El “fuera, Lasso, fuera” que ahora se escucha en parte (no todo) del
campo popular organizado y movilizado contra el gobierno del banquero, es el
corolario de dos situaciones: el hartazgo de una sociedad que desde hace cuatro
años sufre las consecuencias de un proyecto comandado por un bloque de poder
oligárquico, y el modo en que el gobierno de Lasso está interpretando y
tramitando el conflicto”.
Enfatizando a su vez, “Como nunca en
la historia del Ecuador, hoy la oligarquía tiene el poder instrumental y el
poder estructural. Maneja los hilos de la economía al mismo tiempo que captura
el Estado para sus propias arcas. Ya no fue necesario un intermediario, como lo
fue Moreno. Ahora es la propia elite financiera, apoyada por las Fuerzas
Militares (no olvidemos que en Ecuador han sido dirimentes en toda crisis
política), los medios de comunicación privados y la Embajada la que controla
los recursos públicos”.
En cuanto a la represión del
gobierno de Lasso, al cierre de este artículo, la CONAIE informa que ha habido
ya cinco muertes.
Finalmente, en esta hora cruel en
Ecuador de muertos, represión, brutalidad, malas políticas públicas, entre
otros, producto del gobierno pésimo anunciado de Guillermo Lasso, cuando
accedió al poder, la columna diaria “Vida, amor de Paz” de Guatemala, indica
que son los pueblos indígenas quienes salen a protestar, con alambres de púas,
piedras, troncos que bloquean las rutas principales de Quito y otras ciudades
de Ecuador, en contraste con las armas de guerra del gobierno.
También, “Es importante notar que,
en la mayoría de países de América Latina, lo que mueve a los pueblos indígenas
es el respeto a la madre naturaleza, el respeto a sus derechos ciudadanos, a su
idiosincrasia y costumbres, y el respeto a sus territorios”.
En fin, “Los pueblos indígenas no deben ser tratados como ciudadanos de segunda clase, deben ser escuchados con respeto y si sus argumentos se apegan a la ley, deben ser atendidos”. Entiende esto Guillermo Lasso, si no serás destituido.
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