¿Se vulneran los derechos fundamentales a los Mapuches?
Lic. José A. Amesty Rivera
08 julio, 2022
El pasado 2 de julio
2022, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, tuvo que rechazar las
declaraciones injerencistas de la ministra de Relaciones Exteriores de Chile,
Antonia Urrejola, al declarar sobre que en Venezuela existían violaciones a los
derechos humanos.
Agregando, además, hay
que facilitar los diálogos entre el Gobierno y la oposición de Venezuela, con
el objetivo de que se celebren “elecciones libres y democráticas” en 2024, de
acuerdo con los estándares en la materia”.
La vicepresidenta
venezolana, además de repudiar tales declaraciones, señalo que su par chilena,
debe de ocuparse de los problemas de su país, no interfiriendo en los asuntos
internos de otros. Precisó además que la ministra chilena actúa como “buena
empleada del secretario general de la OEA, Luis Almagro”.
A su vez, ante tales
declaraciones, la vicepresidenta ejecutiva venezolana, instó a Urrejola a
responder a los asuntos de su país, en referencia a los hechos de violencia que
se registran en la nación suramericana, así como a la situación inflacionaria,
que en el mes de mayo registró su mayor nivel en 28 años, así como a un
gobierno que va en caída veloz.
El gobierno chileno y
sus portavoces deberían tener cuidado y mesura al hablar de violación de
derechos humanos en otros países, cuando en Chile hay una historia larga de
violación de ellos, como por ejemplo con sus indígenas Mapuches.
No en balde, el propio
presidente chileno, Gabriel Boric, ha solicitado la mediación de la ONU, para
bregar con el problema de los pueblos originarios, incluido los indígenas
mapuches. Afirmando, “Sabemos que la restitución de las tierras es una de las
demandas más sentidas por los pueblos indígenas. Estamos diseñando, con
responsabilidad, una propuesta que nos permita resolver esta situación y que
involucre a todos los actores de la zona”.
En este sentido, Boric,
al parecer, aplaude que, en el borrador de la nueva Constitución chilena,
aparezca el reconocimiento de Chile como un Estado Regional, Plurinacional e
intercultural. Aunque todos estos son temas controversiales, ya que estos están
en la actual Constitución de Chile, solo que no se ejecutan.
Y, por ejemplo, la
Revista Confrontaciones, en su artículo “El socialismo y la cuestión mapuche”,
nos da un ejemplo de lo difícil de este tema constitucional, “Pongamos una
situación hipotética. ¿Qué pasaría si mañana cualquiera de los pueblos y
naciones reconocidos por la Constitución (el Rapa Nui, por poner el caso)
decidiera, “en virtud de su libre determinación”, ¿separarse del Estado
chileno? ¿Qué primaría? ¿El derecho a la “autonomía y al autogobierno” del
artículo 5 o la “unidad del Estado” del artículo 4? O aún peor, si dicho pueblo
decidiera no solamente separarse del Estado chileno, sino pasar a formar parte
del Estado peruano, ya sea porque la nacionalidad peruana ofrece mejores
beneficios o cualquier otra razón, ¿en qué quedaría el derecho a “libre
determinación”, en vista y considerando que la decisión (libre y soberana) del
pueblo en cuestión atenta contra los intereses geopolíticos de la burguesía
chilena, encarnados en el Estado, favoreciendo de paso a una de sus históricas
rivales en la región: la burguesía peruana?”.
A su vez, el presidente
chileno, hizo promesas de campaña que no ha cumplido, como lo señala la
periodista chilena Cecilia Vergara Mattei, en su artículo “Boric desistió de la
vía del diálogo y militarizó el Wallmapu, ¿más de lo mismo?”, al indicar,
“Boric había prometido desmilitarizar los territorios donde hay asentamientos
mapuches y resolver los conflictos por la “vía política”, pero volvió, al igual
que los gobiernos de derecha anteriores, a decretar el “estado de emergencia” y
enviar nuevamente militares a la zona de la Araucanía y otras provincias
cercanas, el “Wallmapu”, que los mapuches no reconocen como territorio
chileno”.
Veamos ahora, en
perspectiva histórica, el carácter violatorio de derechos humanos en Chile, en
contra de los indígenas mapuches.
Como también señala
Vergara Mattei, los “primeros habitantes de Chile y Argentina, los mapuches son
la principal etnia chilena. Algunas comunidades asentadas en el sur del país
reclaman, desde hace décadas, la restitución de tierras que consideran suyas por
derechos ancestrales, hoy en manos en su mayoría de empresas forestales”.
Ante esta situación, en
mayo pasado 2022, la situación se ha recrudecido hasta el punto que, por
ejemplo, “la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), una organización indígena que
se ha atribuido decenas de ataques desde la década de 1990, llamó a la
“resistencia armada” ante la posibilidad de una militarización.
El líder de grupo,
Héctor Llaitul, hizo un llamado a “preparar las fuerzas y organizar la
resistencia armada por la autonomía”, a lo que el Ejecutivo respondió
anunciando que presentará una querella en su contra”.
En el portal de noticias
Nodal, hay un artículo llamado “Los Mapuches en Chile: historia, cultura y
conflicto”, del cual tomaremos algunas evidencias de la violación de los
derechos humanos a los indígenas mapuches de Chile.
Los Mapuches son el
pueblo indígena más numeroso de Chile. Casi un millón de personas se consideran
miembros de esta cultura.
“La sociedad chilena del
siglo veintiuno, no ha resuelto aún su relación con la sociedad mapuche. El
pueblo originario de Chile, sigue siendo el grupo social más discriminado,
pobre y marginalizado del país”.
Por ejemplo, se valora
la “platería araucana”, ciertos tejidos y artículos de valor arqueológico, pero
no se acepta siquiera la idea de que se trate de un pueblo, con derechos
específicos y diferenciados a los de los chilenos.
Sus principales
reivindicaciones, y que el Estado y pueblo chileno llama “emergencias
mapuches", son: “nuevos liderazgos, conflictos ambientales, exigencias de
participación y protagonismo, revitalización de costumbres, introducción de la
educación bilingüe en las escuelas y la salud intercultural en los hospitales,
municipalidades en manos de alcaldes mapuches, gran cantidad y presencia de
profesionales, intelectuales y poetas mapuches, son algunas de las expresiones
de esta emergencia indígena”.
Los mapuches sufrieron
el despojo de sus tierras. Despojo es, según el diccionario, “lo que se ha
perdido”. Es, igualmente, “la presa y el botín del vencedor”. Es también la
acción de desposeerle a una persona o grupo de personas, “un bien con
violencia”. A fines del siglo diecinueve, fueron “reducidos” y buena parte de
la tierra del sur de Chile, se entregó a colonos.
“Los mapuches vivieron
en estado de libertad hasta 1881”. Luego, “entre 1881 y 1927 se produjo un
proceso de expropiación de las tierras indígenas y sometimiento a reducciones.
Durante buena parte del siglo veinte, los líderes “araucanos”, que así se
autodenominaban, luchan por una “integración respetuosa” a la sociedad chilena.
Participan activamente en política, llegan al Congreso nacional, donde
denuncian el despojo de que son objeto, buscan por todos los medios
institucionales obtener un lugar en la sociedad. Pero son rechazados”.
Más adelante, “El Golpe
Militar de 1973 fue extremadamente duro en el mundo mapuche, y ahí está la
lista de detenidos desaparecidos y exiliados como mudo testimonio. Luego de un
período altamente represivo, la dictadura de Pinochet, el año 1978, procedió a
la división de las comunidades indígenas. Durante esos años, se dividen todas
las tierras comunales, entregándose a cada familia un certificado de “propiedad
privada”.
En la actualidad, hay
toda una lucha de los pueblos indígenas mapuches en Chile, que bregan por ser reconocidos
como pueblos originarios de Chile y no seres humanos de segunda categoría; a su
vez, son reprimidos cuando reclaman sus derechos ancestrales y reivindicaciones;
como también su lidia con el racismo. Es la milenaria disputa de los pueblos
indígenas de América Latina.
Finalmente, surgen
algunas preguntas: “¿Es posible una convivencia en Chile, de una sociedad
criolla moderna, o que se autoconsidera camino a una modernidad avanzada, y
formas de expresión autónomas de la sociedad indígena mapuche? ¿O cómo dicen
algunos, se los obligará a la pertenencia a la común ciudadanía sin apelación?
¿O simplemente, como dice otro comentarista también anotado, se los deberá
reprimir y “encerrar” hasta que se extingan?”.
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