martes, 28 de febrero de 2012

Israel… ¿Pueblo de Dios?

El lingüista y analista político estadounidense Noam Chomsky, recientemente ha calificado a Israel como “la amenaza más importante para la seguridad mundial”, ante un posible ataque a Irán, esta afirmación, como cristianos y teólogos, nos plantean interrogantes: ¿Porque es una amenaza Israel? ¿El Pueblo de Dios, tiene el poder de destruir parte de la humanidad y la tierra? ¿Será por el carácter guerrerista y sionista del gobierno israelí? ¿Será acaso por la posesión de 200 ojivas nucleares?
                                                                                           
Recordemos que, según expertos y cálculos sobre el tema, actualmente la bomba atómica más poderosa es la B83, cuyo radio de destrucción es de 14.9 kilómetros cuadrados, por lo que se necesitarían un millón de estas bombas para destruir la tierra, sin embargo, los especialistas señalan que la radiación es la que más causa daño, por lo que es probable que se necesiten muchas menos bombas atómicas para eliminar a la especie humana y animal.

Precisamos y aclaramos hay que diferenciar entre Israel,  como gobierno-Estado israelí, Pueblo de Dios, como categoría teológica y de la cual hay una amplia discusión y la población-ciudadanía como tal.

Ahora, el pueblo de Israel, quien tiene la convicción de ser el pueblo elegido de Dios, ya que entre éste y los israelitas se realizó un pacto o alianza. Esta alianza se resume en dos cláusulas: 1) Israel se compromete a reconocer a Yahvé como su único Dios, a entregarse a él y a cumplir sus designios y mandatos. 2) Dios por su parte se compromete a mantener a Israel como pueblo suyo y a realizar, por su medio, la salvación de toda la humanidad. Y a su vez, les entregó los diez mandamientos, como constitución, para que recuerden dicho pacto. Lo anterior, también es una posición refrendada y defendida por los sectores sionistas del pueblo israelita, que para algunos, parece ser la que priva en esta discusión.

No obstante, es irónico, que el llamado Pueblo de Dios, de quien proviene Jesús de Palestina y por ende, teológicamente hablando, la salvación de la humanidad,  tenga la potestad hoy de destruir parte de la humanidad, ¿será que algunos de ellos se asignan este terrible papel?  Este dilema, nos plantea más preguntas que respuestas, que sólo el tiempo las dirimirá.        

Por ahora, oramos al Dios de la Vida que nos libre de cualquier arrogancia que nos lleve camino a la destrucción, y que más bien nos ilumine la vía hacia la paz y la justicia para nuestra humanidad.  

José Amesty – 28-02-2012                                                 



  

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