Enfoque de Género
FORMACION SOCIOPOLITICA
Transcrito, y Rescatado por José Amesty (amesty.bligoo.com.ve; jose-amesty.blogspot)
ENFOQUE DE
GÉNERO
PRESENTACIÓN
Es necesario aclarar que el enfoque de género
referido en el presente cuaderno, está enmarcado específicamente en el plan de
formación sociopolítica, haciendo importante el desarrollo del tema desde su
trasfondo ideológico. Su propósito fundamental es develar desde un enfoque
crítico emancipador, las relaciones de poder y dominación entre los seres
humanos que integran la sociedad capitalista que queremos superar en la Venezuela
bolivariana.
Si hacemos un recorrido por la cotidianidad,
podemos comprobar que desde la primera etapa de vida, a todos los seres humanos
se nos imponen roles condicionados única y exclusivamente por la naturaleza
biológica y anatómica, entonces se nos habla de una cierta manera, se nos trata
distinto y se depositan sobre nosotros y nosotras expectativas y deseos
diferentes, siendo la base a partir de la cual se construyen las
características de nuestras relaciones sociales. así, en el transcurso de
nuestras vidas se van creando una serie de convencionalismos que son parte de
la sociedad en la que estamos inmersos e inmersas.
De esta manera, los viejos modelos sociales
definen el accionar y las funciones de hombres y mujeres, estableciendo las
relaciones existentes entre nosotros y nosotras, así como los espacios propios
de cada rol según su identidad sexual. históricamente se relaciona lo femenino
con lo “delicado, frágil, sensible, pasivo, sumiso”, ubicando a la mujer en el
espacio doméstico con tareas bien definidas como por ejemplo la crianza de los
hijos e hijas. Tradicionalmente se asocia lo masculino con lo “fuerte, lo
activo, lo dinámico o lo agresivo”, adjudicándole el espacio público o laboral,
con tareas bien definidas como la manutención del hogar y el rol de autoridad,
cuyos aspectos le permitieron al hombre
en las distintas civilizaciones, ostentar el poder dentro del contexto social y
asociar el poder con masculinidad. Por tal motivo, desde el mismo momento que
la sociedad define dichos roles y marca trascendentalmente las características
de las relaciones sociales, define también una relación de dominación que
prevalece durante el transcurso de la historia entre hombres, mujeres, niños,
niñas, ancianos, ancianas y adolescentes.
Esta relación de dominación considerada como
“normal”, se encuentra inmersa en nuestro comportamiento y generalmente no
percibimos en ella la existencia de injusticia social. de este modo, todos los
seres humanos que nos vamos formando en esta sociedad, continuamos
reproduciendo estas contradicciones y perpetuando dicha relación social de dominación.
En el nuevo modelo de sociedad que estamos impulsando, tratamos de complementar
las distintas capacidades de todos y todas, con el objetivo estratégico de
lograr la acumulación de fuerza social consciente y unirnos con el propósito de
cambiar el modelo hegemónico (dominante) capitalista existente y la cultura que
lo ha mantenido. Desde el presente programa de formación sociopolítica queremos
destacar que es necesario estudiar desde el enfoque de género y la teoría
crítica emancipadora, las relaciones entre hombres y mujeres para afectar las
relaciones de dominación capitalista e impulsar la construcción de una nueva
sociedad en el marco del socialismo del siglo xxi.
CONTENIDOS
Género y Sexo
Esta definición toma forma en un conjunto de
prácticas, ideas, discursos y representaciones sociales, que dan atribuciones a
la conducta de las personas en función de su sexo y que a partir de los saberes, prácticas, valores y costumbres
son trasmitidos durante el proceso de socialización. Así, desde esta visión de género, el modelo capitalista fabrica
las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres, según lo que es
“propio” de cada sexo. El género es diferente al sexo: cuando se habla del
primero la diferenciación de mujer y hombre, niño o niña, anciana o anciano, se
establece en base a su comportamiento y desenvolvimiento dentro de un contexto
y por un proceso cultural; en cambio cuando nos referimos al sexo hacemos la
diferencia en base a la conformación biológica que distingue anatómicamente a
un macho de una hembra, por un proceso genético. Según andrea d’atri (1997), el
género es una categoría histórica y relacional. no se trata de un atributo
filosófico sino instrumental. es decir, el
género comprende al conjunto de las conductas que se construyen socialmente
sobre la diferencia sexual y que hacen que mujeres y hombres se comporten
femenina o masculinamente.
Las funciones y características que se
asocian generalmente al sexo identifican el género femenino y/o masculino. Esta
diferenciación encierra asimismo la trampa de una jerarquización, es decir una
valoración positiva y/o negativa asociada a tales propiedades o conductas. En
este sentido, “... el género no es una
categoría descriptiva sino una normativa que determina la posición social de
las mujeres y de los hombres”. coincidimos con J. Scott, cuando plantea que
el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, basado en las
diferencias que se perciben entre los sexos y es una manera primaria de
significar las relaciones de poder que se aprehenden en la vida familiar y que
se experimentan asimismo, por ejemplo en diferentes instituciones.
Origen del
Enfoque de Género
En el transcurso de la historia de la
humanidad las mujeres han luchado por lograr la igualdad de oportunidades, la
no discriminación y la justicia social y de género, participando junto a los
hombres en insurrecciones, revueltas y alzamientos de las que se conocen sólo
algunas de ellas, ya que la gran mayoría de estas luchadoras fueron condenadas
al olvido, como consecuencia de las relaciones de género de la época, en las
que la esfera política y la labor intelectual de contar la historia también era
dominada exclusivamente por los hombres. Es necesario dejar claro que esta
lucha por la justicia de género no es de ahora, sino que ha tenido una
trayectoria histórica que surgió a partir de mujeres que emprendieron desde sus
propias realidades, caminos para impulsar el nacimiento de las primeras
organizaciones de mujeres y estos fueron los que generaron el movimiento
feminista, que luchaba por los derechos y el lugar de la mujer en la sociedad y
que tuvo tanto auge en el pasado. Sin embargo, el movimiento feminista luchó
desde un planteamiento de superioridad de la mujer a partir de la exaltación de
sus potencialidades, después de revisar esta corriente, surgió lo que hoy
llamamos enfoque de género, que a diferencia de los planteamientos
feministas postula: la equidad, la complementaridad y la lucha en conjunto de
hombres y mujeres por la superación de la exclusión social. El enfoque de género, se basa en la teoría
de género y se inscribe en tres modelos o paradigmas: el paradigma teórico
histórico-crítico, el paradigma cultural del feminismo y el paradigma del
desarrollo humano. El enfoque de género tiene sus raíces en el materialismo histórico, la
antropología, la teoría crítica y el psicoanálisis
fuente. su desarrollo continúa hoy en los
mismos terrenos, enlazándose con el estudio de la sociología, visto no con un
interés técnico o interpretativo para solamente comprender la realidad, sino
mas bien con un interés crítico emancipador que busca transformar las
relaciones sociales de producción capitalista.
Género y
Lucha de Clases
En la lucha por lograr la justicia social y
la igualdad de oportunidades que siguen desempeñando las mujeres en la
actualidad, es necesario develar las causas fundamentales que nos oprimen a
todos y todas como sujetos políticos, porque la base actual de esta desproporción
y diferenciación cultural entre hombres y mujeres está en el modelo
capitalista. Por ello la lucha va dirigida contra el sistema capitalista y
contra sus valores de dominación y opresión. Estos valores hegemónicos desde el
enfoque de género, incluyen :
·
El manejo
del poder en pocas manos, la verticalidad y la exclusión de las clases desposeídas
a detentar el poder y la doble exclusión de la mujer por la discriminación
sexual a la que ha sido sometida históricamente. La mayor cantidad de ganancias
económicas a partir de la explotación de la mujer.
·
La
comercialización de su imagen como mercancía y como elemento propagandístico,
sobre el cual el capitalismo ha logrado grandes riquezas.
·
La banalización
de la violencia hacia la mujer como un trato normal y cotidiano a través
de los medios de comunicación masivos.
·
La
desarticulación de la sociedad, expresada en el individualismo, en pequeños
grupos parcelados y la competencia entre sexos que busca enfrentar a hombres y
a mujeres para dividir sus intereses de clase « divide y vencerás » y
debilitar así, las posibles luchas populares en pro de una nueva sociedad.
Estos valores propios del capitalismo de los
que está impregnada esta sociedad de dominación, son los que debemos confrontar
y construir otros en el marco de una sociedad más equilibrada y con justicia
social, a favor de concretar la premisa:
“una
civilización que entre a competir con el capitalismo a partir de los valores de
este, está condenada al fracaso… solamente a partir de valores distintos y
metas distintas sería posible salir de la presencia todopoderosa del universo
desvalorizado del capitalismo globalizador… a la globalización del chantaje
militar y financiero deberá enfrentarse la internacionalización alterna de las
luchas y los proyectos de los oprimidos, los endeudados, los atrasados.” Pedro Duno.
Desde nuestra concepción de luchadores y
luchadoras sociales, abordaremos el Enfoque
de Género en el marco de la lucha de clases como eje dinamizador de la
historia. en este devenir se establecen relaciones de dominación, explotación,
opresión donde las mujeres forman parte de las diferentes clases sociales en
pugna. en este sentido, las mujeres no constituirían una clase diferenciable.
Según Andrea D’Atri (1997), la explotación puede definirse como: “aquella relación entre clases sociales que
hace referencia a la apropiación del producto del trabajo excedente de las
masas trabajadoras por parte de la clase poseedora de los medios de producción.
se trataría, en este caso, de una categoría que hunde sus raíces en los
aspectos estructurales económicos”. De allí que el imperio no distingue
sexo ni edad para lograr sus fines, que no es otro, que la acumulación de
riquezas a expensas de los sacrificios de mujeres y hombres que pueblan los
países sometidos de nuestro planeta.
Este enfoque persigue la lucha por la equidad
y la justicia, solo que ninguna lucha debe abordarse desde lo individual o lo
grupal, las luchas históricas que han derrotado al poder hegemónico y la
opresión han sido las luchas de la unidad de los pueblos, donde se unifican
todos los sectores oprimidos, hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos,
ancianas, sin distinción étnica, religiosa y sexual, por lo que consideramos
que cualquier intención aislada o parcelada no tendría la fuerza suficiente
para derrotar al poderoso imperio explotador.
Nuestra
Realidad
Debido a las prácticas de discriminación
social a las que han estado sometidas las mujeres frente a las condiciones de
explotación que nos impone el capitalismo, la situación de estas se ha
complejizado, como lo evidencian los índices de feminización de la pobreza, que
expresan que: «entre todos los pobres,
las más pobres son las mujeres »cita. Dicha situación se agudiza aún más en los países en
vías de desarrollo que enfrentan depresión en sus condiciones socioeconómicas. Dentro del contexto explicado
anteriormente, las mujeres han hecho frente a las contingencias económicas,
mediante la asunción de una triple jornada de trabajo, (la remunerada, la
doméstica y la comunitaria) poniendo en práctica todo un conjunto de
estrategias de sobrevivencia para resguardar a su familia y así mejorar sus
condiciones de vida.
En la esfera del trabajo remunerado, en
algunos casos dentro de la empresa privada, las mujeres también enfrentan
formas de explotación propias de género, expresadas en la violación de sus
derechos reproductivos, al ser objeto de
abusivos condicionamientos patronales, como el estar esterilizada para poder
ser empleadas, ya que para el empresario el tiempo legalmente establecido para
el pre y post-parto no resulta rentable para sus intereses de acumulación del
capital, lo que trae como consecuencia que el mayor porcentaje de la fuerza de
trabajo en labores de mayor explotación como las « maquilas » termino árabe que significa
ensamblar, trabajo
en serie fábricas…. colocar a quienes incluye, donde las mujeres ven en
estas la única alternativa de trabajo.
todo esto, sin citar los índices de maltrato y acoso físico, psicológico
y moral al que son objeto las mujeres, tanto en la esfera doméstica como laboral.
Dentro del capitalismo, se institucionaliza
la ideología de la dominación y la división social del trabajo, se parcela el
conocimiento y se fragmentan los saberes, ademas se mantiene la división entre
teoría y práctica, entre trabajo intelectual y trabajo manual, como elementos
para la explotación del hombre y la mujer. de aquí se potencia la división
sexual del trabajo, (la división entre trabajo femenino y masculino) como
herramienta de explotación y exclusión de la mujer. Según los estereotipos sociales,
existen una serie de trabajos o profesiones exclusivamente asociadas a los
hombres tales como: la ingeniería, la construcción, la medicina, la milicia,
entre otras, pero visiblemente se aprecian roles que implican poder o cargos de
dirección, aunque hoy se encuentren mujeres ejerciendo este tipo de cargos,
esto no significa que es consecuencia de un cambio en las condiciones de
opresión de la sociedad.
De igual manera, se institucionalizan una
serie de oficios y profesiones asociadas a las mujeres tales como: la
pedagogía, la enfermería, los oficios domésticos, el secretariado, la
confección, entre otras, las cuales en su mayoría corresponden a roles o
labores de subordinación. Pese a que esta realidad, contradice nuestra amplia
capacidad humana para realizar cualquier tarea sin distingo de sexo, en la
sociedad esta división se aprecia con gran “normalidad”, ya que para la mayoría
de las personas es difícil detectar dicha contradicción.
Propuesta de
Cambio
El enfoque de género es fundamental para entender
el origen de nuestras posiciones ideológicas. es un enfoque de vida que nos da
herramientas para entender nuestra realidad y así poder transformarla. Por ello
resulta prioritario analizar la lógica capitalista desde este enfoque, para
visualizar propuestas alternativas que involucren cambios de actitud desde la
autodeterminación consciente, que se fundamenten en la equidad y la justicia
social, en donde se practiquen los principios y valores bolivarianos de la
solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación y la transparencia, para
avanzar hacia la construcción de nuevas formas de organización social y el
logro de la afectación de las estructuras de dominación. para ello proponemos
el método Invedecor:
En lo
investigativo, pasa por
un proceso constante de indagación reflexión y a partir de un diagnóstico
participativo, junto con los otros y otras, para avanzar en el análisis de la
forma como la sociedad nos construye y la forma como todos y todas respondemos
y reproducimos esta forma de socialización. Es necesario internalizar que los
cambios sociales propuestos, comienzan con la transformación individual y
colectiva de nuestras prácticas e ideas en la cotidianidad y revisar, desde un
punto de vista crítico las estructuras mentales instauradas por la sociedad,
para impulsar coherentemente la construcción de la “patria buena”.
En lo
educativo, revisamos críticamente los
roles que asumimos los hombres y las mujeres que interactuamos, tomando en
cuenta los principios de justicia social, en nuestras familias, en nuestro
trabajo, etc. reflexionar sobre nuestra labor como padres y madres en la
crianza de nuestros hijos e hijas, asumida como responsabilidad compartida y no
exclusiva de la mujer. implica un cambio en el concepto de familia, vida y
sexualidad, una nueva forma de ver al ser humano, una nueva perspectiva desde
la cual se redimensionan los conceptos de hombre y mujer dentro de la sociedad,
asumida ya como una dinámica social en la que cada ser aporta la riqueza de su
identidad masculina y femenina, sin condicionamientos ni preceptos.
En lo
comunicacional, un
potencial elemento generador del enfoque de género es la incorporación del
lenguaje inclusivo dentro de nuestros modos de comunicación, que deben ser
horizontales e incluyentes donde todos y todas estemos reflejados y reflejadas,
que permita seguir nutriendo ideológicamente nuestras prácticas y luchas, desde
la forma como escribimos, hablamos, leemos, etc. que incorpore permanentemente
elementos de igualdad y equidad en el lenguaje, visibilizando el hacer y el
conocer de la mujer al igual que el hombre en nuestro hacer, conocer, ser y
convivir.
En lo
organizativo es vital
entender que para poder impulsar el nuevo modelo de desarrollo, tenemos que
construir espacios de articulación en base al respeto, la inclusión y la
cooperación para ir tejiendo redes sociales, asumiendo que hombres y mujeres
somos diferentes, mutuamente complementarios y que tenemos los mismos intereses
de clase que son: construir juntos espacios de justicia y transformar las
estructuras del sistema capitalista que nos oprime.
Bases Jurídicas del Enfoque de Género
Desde las premisas
históricas queremos presentar algunos hechos que han valorado la lucha de la
mujer por alcanzar sus reivindicaciones humanas de clase, al igual que la
participación de hombres que han abogado por el derecho de las mujeres, como es
el ejemplo de Francisco de Miranda, quien en 1792 se dirigió a la asamblea
nacional de Francia en estos términos: "¿cómo es posible que constituyendo la
mujer la mitad del género humano no se la tome en cuenta para participar de la
elaboración de las leyes.. pero sí tiene que cumplirlas?".
Las mujeres han
desencadenado innumerables luchas en pro de sus reivindicaciones entre las que
figuran: la conquista del voto en 1948 que viene a favorecer su participación
política, la reforma del código civil en 1982 que equipara los derechos y
deberes en la comunidad conyugal y en el compartir de los bienes, la ley
orgánica del trabajo promulgada en 1997
en la cual la mujer adquirió inamovilidad laboral durante el embarazo y el
periodo pre y post natal. Hoy con la constitución de la república bolivariana
de Venezuela, se establecen contribuciones sin precedentes entre las que
destacan: la redacción desde su preámbulo hasta las disposiciones finales, con
un lenguaje inclusivo que hace visible la presencia de las mujeres en todas las
áreas del desarrollo y la valoración del trabajo doméstico. de igual forma, en
esta se reconoce la equidad y la igualdad de hombres y mujeres al ejercicio y
acceso al trabajo, además se validan los derechos sexuales y reproductivos de
las mujeres y se les reconoce a las amas de casa su seguridad social. Por tal motivo invitamos a la revisión de
algunos artículos que favorecen condiciones de justicia social:
De la constitución de la república bolivariana de Venezuela:
Disposiciones generales: artículo 21.
De los derechos
sociales y de las familias: artículos 75, 76, 77, 78, 80 y 88.
En el código
civil:
De los deberes y
derechos de los cónyuges: artículos 137, 138 y 140.
De la comunidad de
los bienes: artículos 148 y 149.
De los bienes propios
de los cónyuges: artículos 151,152, 156 y 168.
Del divorcio: artículo 187.
De la comunidad
concubinaria: artículo 767.
Enfoque de
Género Hacia La Construcción del Socialismo del Siglo XXI
Nuestra condición de pueblo explotado nos
exige compromiso, lucha y conciencia para asumir el momento histórico y
revolucionario que vive nuestro país, donde aún coexiste el modelo capitalista
hegemónico, que queremos desmontar, con el nuevo modelo democrático,
participativo y protagónico que reivindica la condición humana y los valores
bolivarianos. En esta transición, es importante tomar parte activa en la
construcción del desarrollo endógeno, enmarcado en una sociedad de justicia
social que construya Contrahegemonía. En esta oportunidad somos la concreción
de muchos de los caminos andados por innumerables movimientos de lucha social
en nuestro país. En esta lucha, es vital reconocer que aun cuando históricamente
las mujeres han sido relegadas y sometidas a permanecer ocultas como
protagonistas en el proceso transformador, durante siglos han luchado por su
liberación, trascendiendo la fatiga del
espacio doméstico e incorporándose decididamente junto a sus compatriotas de
clase al espacio político, en la tarea emancipadora por la defensa de la
soberanía de su patria y en la defensa de su pueblo.
Por ello la lucha es del hombre y la mujer
contra este sistema de dominación y no de la mujer contra el hombre y
viceversa, por lo que se trata de desmontar esta lógica capitalista para
construir una nueva sociedad, la de los valores bolivarianos y la justicia
social. esta es una lucha de todos los sectores excluidos, pero no será
posible, si dichos sectores abordan aisladamente la lucha por la emancipación,
de allí que la lucha de la mujer tampoco es sola o aislada por la
reivindicación de sus derechos como ser humano, sino que su lucha va de manos
de sus compatriotas excluidos y es contra la opresión, esta debe ser la lucha
de los pueblos por su emancipación del dominio capitalista.
Colectivo de Revisión y
Acompañamiento
Aismin
Manaure, Antonio Giardina, Carlos González, Carlos Guedes, Carlos Rodríguez,
Enrique Arrieta, Enrique Valles, Eseario Sosa, Elin Sosa, Eve Zambrano, Henry
Parucho, Herlinda Colmenares, Ingerzon Freites, Kiramara Reyes, Luis Ortega,
Magali Figuera, Marian Alvarado, Maxiorisol Cumare, Oscar González, Rogelio
López, Samuel Vargas, Simón Sosa, Sorocaima Silva, William Escalona, Yamileth
Romero, Yecuana Álvarez, Zaida Suárez.
Mayo,
2005
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